3.3.- Para elaborar una rúbrica

Rúbrica de evaluación. Imagen de Mariano Real Licencia Cretive Commons by-nc-sa

Para elaborar una rúbrica es importante que tengas en cuenta los siguientes consejos:

1.- Primero, selecciona uno o varios de los objetivos que se pretenden alcanzar en el tema, materia, proceso o plan.

2.- Con esos objetivos en mente, piensa: ¿cuál sería un ejemplo de producto del aprendizaje apto para evaluar auténticamente el nivel alcanzado por un estudiante?

3.-Imagina el producto ideal. En otras palabras, si el logro fuese alcanzado al nivel más alto posible, ¿cómo sería? Elabora una lista completa de todas las características que ese producto ideal debería tener.

4.- Decide cómo calificará el producto, si como "aprobó/no aprobó", o con un número o una letra. En estos casos, determina cuántas subcategorías habrá entre los extremos de la calificación.

5.- Es importante que tengas en cuenta esto: si utilizas muy pocas subdivisiones en su calificación (el caso extremo es el binario aprobó/no aprobó) la medición carecerá de la precisión necesaria para describir adecuadamente los logros y motivará muchas discusiones por parte de los alumnos en torno a la interpretación de su rúbrica. Si en cambio utilizas muchas, no sólo se volverá un problema definir las cualidades de cada una de ellas, sino que luego se complicará innecesariamente el proceso de calificación, y deberá "hilarse muy fino" para categorizar cada producto.

6.- Luego pregúntate: ¿qué características tendrá un producto mínimamente aceptable? Este nivel corresponde al "punto de corte" entre lo aceptable y lo que no lo es (la nota de "aprobación").

7.- Sería ideal (como en el caso de rúbrica presentado en el apartado anterior) que la categorización sea simétrica; el punto de corte está en el centro (C) y por encima y por debajo hay la misma cantidad de niveles de calificación. Pero puede ser que se trabaje bajo otros conceptos, como el de "porcentaje de adquisición" de conocimientos o habilidades. Este es el criterio tradicional con el que, por ejemplo, se utilizan los números del cero al diez para calificar a los alumnos y se establece que aprobar se consigue con un seis o un siete, lo cual equivaldría al sesenta o setenta por ciento del máximo. Dónde se ubique el punto de corte o aprobación no tiene relevancia, en tanto por encima y por debajo haya suficientes niveles como para describir adecuadamente el nivel alcanzado.

8.- Completa tu rúbrica con las características requeridas en cada subcategoría. Proponga adecuadamente los niveles. Utilice escalas de términos como "todos, la mayoría, la mitad, pocos, ninguno" para establecer criterios fáciles de interpretar en torno a un objetivo.

9.- Ten en cuenta que las primeras rúbricas no serán perfectas. Escucha a tus alumnos luego de calificarlos; presta atención a las reclamaciones que pudieran hacerte sobre el modo en que los ha evaluado, y vuelva sobre tu rúbrica para adaptarla y corregirla. La práctica hace la perfección.