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3.- Algunas acciones de los centros del profesorado

Propuesta de asesoramiento. Presentación de Mariano Real Pérez

Modalidades formativas

MODALIDADES FORMATIVAS Y

TIPOS DE ACCIONES FORMATIVAS

La Ley 17/2007, de 10 de diciembre, de educación de Andalucía, con la finalidad de dar respuesta a la formación de los profesionales de la educación, consolida una estructura organizativa, recogida en su artículo 20, en el que especifica que el desarrollo profesional docente para la mejora de la práctica educativa en los centros escolares se promoverá a través del Sistema Andaluz de Formación Permanente del Profesorado, organizado en una red de centros del profesorado, que contarán con autonomía pedagógica y de gestión. Y previamente en el artículo 19 establece que la oferta de actividades de formación permanente debe responder a las líneas estratégicas del sistema educativo, a las necesidades demandadas por los centros y al diagnóstico de necesidades que se desprendan de los planes de evaluación desarrollados.

El decreto 93/2013, redunda en esta idea al exponer en su artículo 10.3 que las acciones formativas estarán basadas preferentemente en el análisis, la reflexión y la mejora de la práctica docente y de la organización de los centros, a través de metodologías, de investigación y acción con implicación directa de todos los participantes en ellas. Por ello, en su artículo 56, referencia a los centros docentes y a las aulas como el ámbito ordinario para el desarrollo de las actividades de formación permanente del profesorado.

Durante los últimos años, el Sistema Andaluz de Formación Permanente del Profesorado ha sido una herramienta fundamental como apoyo a la aplicación de planes y programas que se han considerado estratégicos en la política educativa autonómica. Al mismo tiempo, ha ido dando respuesta a las demandas formativas de los centros educativos vinculadas a sus memorias de autoevaluación y propuestas de mejora, lo que progresivamente ha supuesto cambios en el modelo de formación.

Por otra parte, para armonizar un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles en los servicios de apoyo a la escuela, en marzo de 2012 se aprueba el decreto 56/2012, de 6 de marzo, por el que se regulan las Zonas educativas de Andalucía, las redes educativas, de aprendizaje permanente y de mediación y la organización y el funcionamiento de los Consejos de Coordinación de Zona. De este modo, los centros docentes y los recursos educativos que integran una zona concreta establecerán mecanismos de coordinación de las actuaciones que se desarrollen en cada centro y aplicarán medidas que redunden en una mejora de los rendimientos escolares del alumnado, en la calidad del servicio educativo que presta y en el aprovechamiento de los recursos educativos disponibles en dicha zona. A tal efecto, las evaluaciones de los centros, en cumplimiento del artículo 5.a del decreto 220/2013, de 5 de noviembre, por el que se establece el marco general para la evaluación del Sistema educativo Andaluz y se regulan determinados aspectos de la evaluación del mismo, tendrán un carácter formativo con objeto de proporcionar información para la mejora de los centros o servicios educativos, el desarrollo profesional docente, la adecuación del currículo y de la organización escolar al contexto y el uso apropiado de recursos y metodologías didácticas que faciliten los mejores logros escolares de todo el alumnado.

El Sistema Andaluz de formación debe seguir avanzando en la integración de los centros educativos como partes activas dentro del propio Sistema de Formación, así como concebirla desde una perspectiva integrada basada fundamentalmente en el aprendizaje entre iguales y el intercambio de buenas prácticas, creando redes de profesorado que potencien el carácter transformador de la escuela y garantice el mejor desarrollo del alumnado.

Como indica el III Plan Andaluz de Formación del Profesorado, debemos apostar por un modelo de formación que surja del profesorado como motor del cambio, que lo considere como profesional reflexivo, investigador de su propia práctica, generador de teorías, que potencie el debate y el trabajo interno para consensuar el cómo hacer entre todos los miembros de la comunidad educativa.

Para trabajar este modelo de formación del profesorado se necesita:

a) promover la mejora de la institución escolar como organización educativa,

b) transformar la cultura organizativa compartimentada de los centros en cultura de colegialidad y trabajo compartido.

c) repensar el por qué, para qué y cómo de la educación por parte de un equipo de profesionales que trabajan juntos en un centro y atienden al mismo alumnado,

d) facilitar un espacio común para la reflexión,

e) convertir el centro en elemento básico de mejora, formación e innovación, totalmente contextualizadas y con la posibilidad de su aplicación inmediata en las aulas.

Desde esta perspectiva la formación del profesorado ofrece nuevas formas de intervención en la escuela aportando las siguientes pautas:

a) es el profesorado quien plantea la demanda y esto supone poder negociar el marco de intervención y los compromisos a adquirir por parte de los docentes y de la figura de la asesoría y otros agentes educativos.

b) La demanda implica una evaluación sobre la propia práctica, interviniéndose sobre ella directamente para evaluar sus resultados (evaluar para la acción).

c) La intervención parte de una necesidad detectada por un docente o grupo de docentes, que podrá ser orientada hacia un proyecto de trabajo concreto y que evitará la dispersión ubicándose dentro del marco que ofrece el plan de actuación de la formación del profesorado a través de los Centros del Profesorado.

Además de todo lo anterior, nos encontramos con un replanteamiento de los programas educativos en cuanto a organización, funcionamiento y reconocimiento del profesorado que viene marcado por las instrucciones de 30 de junio de 2014. En ellas se recoge que los programas educativos se constituyen como un proceso que tendrá su concreción en el proyecto educativo del centro, debiendo fomentar la innovación educativa, la investigación y la difusión de buenas prácticas docentes propiciando el trabajo colaborativo del claustro de profesorado o grupo de docentes para desarrollar de manera interdisciplinar y transversal una serie de contenidos o elementos curriculares. Atendiendo a las características de cada programa y a la implicación que debe haber por parte del claustro en cada uno de ellos, aparecen clasificados en 3 niveles.

Como último punto de esta introducción, en lo que se refiere a las modalidades de formación del profesorado, citamos textualmente lo que recoge el artículo 13 del decreto 93/2013:

1. Las modalidades de formación del profesorado perseguirán el aprendizaje de las buenas prácticas docentes, el intercambio profesional y la difusión del conocimiento que contribuya a la creación de redes profesionales. Las estrategias formativas estimularán el trabajo cooperativo a través, fundamentalmente, de la formación en centros y de la autoformación, y tendrán en cuenta los distintos niveles de desarrollo profesional del profesorado.

2. Las actividades de formación permanente del profesorado podrán desarrollarse en las modalidades presencial, semipresencial y a distancia y deberán incluir, en su caso, aplicaciones prácticas, mecanismos e indicadores de evaluación que permitan realizar el seguimiento y valoración de los objetivos individuales alcanzados, en relación con los resultados de aprendizaje previstos, y la incidencia de la formación en la práctica docente, así como estrategias de intervención que redunden en la mejora de los rendimientos del alumnado y en su desarrollo personal y social. Por Orden de la persona titular de la Consejería competente en materia de educación se regulará la certificación, homologación y registro de dichas actividades formativas.

3. Las actividades ofertadas en las modalidades semipresencial y a distancia se llevarán a cabo mediante el uso de las tecnologías de la información y la comunicación y se realizarán a través de una plataforma virtual de aprendizaje que permita la comunicación entre el profesorado participante y de éste con el profesorado que dirija la actividad, el trabajo colaborativo, el envío y evaluación de tareas y actividades, la incorporación de herramientas para la autocorrección de actividades interactivas, el seguimiento de la actividad de las personas participantes y la utilización de mecanismos de evaluación.

Con todo lo anterior, se detallan los tipos de acciones formativas que se desarrollan desde el Centro del Profesorado. Cada tipo de acción formativa tiene un grado distinto de implicación tanto del profesorado participante como de la asesoría que la gestiona. De la misma forma, hay acciones formativas que tienen un mayor impacto en la transformación del centro educativo, en el cambio de metodologías, en los procesos que se desarrollan en el aula y en la mejora de los resultados de los centros educativo. Este tipo de acciones formativas son los que deberían fomentarse según lo recogido en el decreto de formación, el III Plan Andaluz de Formación del Profesorado y la normativa en general en la que se apoyan los dos anteriores. Por este motivo, el listado de los distintos tipos de acciones formativas se ha ordenado desde las que mayor impacto tienen en el aula, en la trasformación del centro y en los procesos que se desarrollan en el aula ya las que mayor implicación tienen de las asesorías a las que menos.



1.- Formación en centros

Los centros docentes son las piedras angulares de todo el sistema educativo, porque son el lugar donde se desarrollan las relaciones que conlleva el proceso enseñanza-aprendizaje, auténtica esencia del proceso educativo. Así, el centro educativo se convierte en lugar de referencia de la comunidad educativa. Los procesos que en él se desarrollan afectan de forma global a todos los miembros de esta comunidad y dan respuesta en conjunto a las necesidades, innovaciones y reflexiones que se derivan del trabajo diario en el aula. Es por esta razón por la que, sin menospreciar otras posibilidades formativas, que en las distintas investigaciones realizadas sobre la formación del profesorado y la incidencia de la misma en el aula y en los procesos que en el aula se desarrollan, se considera esencial la formación en centros, en la que participa un amplio equipo de profesionales docentes y que responde en conjunto a necesidades asumidas como comunes. Esta misma importancia se refleja en la distinta normativa que se desarrolla sobre las acciones de formación del profesorado. Las características que definirían a una formación en centro serían:

a.- La formación en centro debe entenderse como una iniciativa asociada al proyecto educativo de los centros docentes, encaminada a responder a las necesidades formativas de un amplio colectivo de profesores y profesoras del claustro

b.- Tales demandas, detectadas a partir del diagnóstico de necesidades formativas de los centros, deberán ser el resultado de un análisis y una reflexión compartidos y estar vinculadas a los procesos de evaluación de los centros.

c.- La formación en centro estará dirigida a la búsqueda de soluciones concretas, que respondan a dichas demandas, encaminadas a la mejora de las prácticas docentes y de los resultados del

alumnado.

d.- La participación en una formación en centro implica el compromiso colectivo con las metas propuestas, la realización de tareas con incidencia directa en el aula y centro y la utilización de estrategias de trabajo colaborativo, que deberán estar definidas para cada actuación del proyecto.

e.- La incorporación de la cultura de la evaluación, como elemento clave para el cambio y la mejora continua de los centros, implica, en una formación en centro, consensuar para cada objetivo y para cada actuación los indicadores y las medidas de verificación que faciliten de manera clara y concisa la valoración de los resultados finales.

f.- En aquellas actuaciones del proyecto de formación en centro que se consideren convenientes, podrán participar otros miembros de la comunidad educativa. La corresponsabilidad en los aprendizajes implica y desarrolla sentimientos de pertenencia, de colaboración y de compromiso, por lo que abordar la participación de diferentes sectores de la comunidad educativa supone mayores garantías de eficacia y éxito educativos.



2.- Formación derivada de los programas educativos de nivel 1

Los programas educativo clasificados de nivel 1 son los que mayor grado de implicación, complejidad y exigencias formativas requieren para el centro Estos programas se caracterizan por contar con la participación de, al menos, el 50 % del profesorado del claustro, implicar diferentes áreas educativas e incluir las actividades del programa en las programaciones didácticas.

La persona que ejerza la coordinación tendrá que participar en las actividades formativas, que con carácter obligatorio, se determine para cada uno de los programas en la convocatoria correspondiente, y hacer partícipe de lo desarrollado al resto del profesorado del centro.

De igual forma, la persona que asuma la coordinación del programa participará, en colaboración con los asesores y asesoras de referencia y la persona responsable de la formación en el centro, en la detección de necesidades formativas y elaboración de un proyecto específico de propuestas formativas, que se incluirá en el plan de formación del proyecto educativo de centro.

El profesorado inscrito en el programa educativo se compromete a participar en las actuaciones formativas incluidas en el mismo para facilitar el éxito de su desarrollo. La formación derivada de estos programas no se le certifica al profesorado ya que la certificación del propio programa ya reconoce esta formación.

Por otra parte, tendrán habilitada una comunidad en la plataforma Colabor@ en la que deberán participar y acordar el proyecto que van a desarrollar en el mencionado programa.



3.- Curso con seguimiento

Un curso con seguimiento es una acción formativa que cuenta con periodos de formación claramente diferenciados. La actividad formativa se prolonga en el tiempo de forma que el profesorado pueda poner en práctica y reflexionar sobre los resultados obtenidos, detectando debilidades, fortalezas y oportunidades de mejora de las acciones realizadas. Los periodos que se diferencian son:

a.- Durante algunas sesiones presenciales de todo el grupo, la actividad se desarrolla con un ponente que sirve de guía y presenta formas de actuar en el aula, metodologías concretas para poner en práctica, formas de coordinación para la puesta en práctica con el alumnado, etc.

b.- Entre las sesiones anteriores, el profesorado del centro contará con periodos concretos para poner en práctica en el aula lo aprendido en cada una de las sesiones, investigando y tomando nota de la experiencia puesta en práctica. Estos periodos de puesta en práctica y experimentación se podrán incorporar en tiempo a la actividad formativa (sesiones no presenciales de la actividad) siempre que la actividad tenga una duración superior o igual a 31 horas, no pudiendo superar el periodo contemplado para esta puesta en práctica el 25% de las horas totales de duración global del curso.

c.- Se contemplan otras sesiones presenciales de todo el grupo que se dedicarán al análisis y reflexión conjunta sobre aquello que se ha experimentado o puesto en práctica en el aula, reflexionando sobre las aportaciones que hacen los distintos participantes en la actividad, analizando las mismas de forma que se observen las debilidades, fortalezas y oportunidades de mejora de las acciones desarrolladas, así como las dudas que en sesiones posteriores podrán plantear al ponente o los acuerdos que surjan para el desarrollo de experiencias posteriores. Estas sesiones presenciales serán conducidas por la asesoría responsable de la actividad a través de estructuras cooperativas y en ella también podrá intervenir el ponente de la actividad como colaborador para poder detectar las posibles dificultades con las que se hayan encontrado los participantes a la hora de desarrollar la experiencia en el aula. El global de estas sesiones deberá suponer entre el 25% y el 50% de las horas presenciales de la actividad.

Este tipo de actividades tienen una incidencia clara en el centro y en la investigación en nuevas metodologías en el aula con procesos que van a permanecer en el tiempo cuando es el profesorado de un único centro el que participa en la misma. Su incidencia se diluye o desaparece mientras mayor es el número de centros del que proviene el profesorado participante.

El desarrollo de la actividad se podrá complementar con la utilización de una plataforma (moodle, Colabor@...) o una herramienta de trabajo colaborativo en la que el profesorado pueda aportar sus experiencias individuales y compartirlas con los demás.



4.- Grupos de Trabajo.

El Grupo de Trabajo es una acción formativa caracterizada por el máximo grado de autonomía y constituye un espacio de formación complementario a los equipos docentes que existen en los centros. Con este tipo de acciones se pretende crear las condiciones necesarias para que aquellos grupos de profesores y profesoras que comparten un proyecto educativo, puedan progresar de forma autónoma en el análisis de problemas que afectan a su práctica, en el estudio de ideas y experiencias alternativas, y en el diseño, aplicación y validación de nuevas propuestas de intervención en el centro y en el aula. El profesorado que se organiza en un grupo de trabajo tiene como finalidad el desarrollo de un proyecto trabajo común, organizado en torno a los problemas prácticos de su actividad profesional y orientado a la mejora de la práctica docente, la producción de conocimiento educativo y la construcción de comunidad de aprendizaje y educación.

Un grupo de trabajo responde a las siguientes características:

a.- Los grupos de trabajo constituyen un tipo de formación centrada en la propia práctica, vinculada a contextos concretos y que permite dar respuesta a diversos niveles de experiencia profesional.

b.- Asimismo, al tratarse de un proyecto de trabajo colaborativo, favorece la reflexión compartida, el intercambio de ideas y propuestas, la construcción conjunta de conocimiento y la capacidad de innovar introduciendo cambios de mejora en el aula y centro.

c.- Los grupos de trabajo deberán estar basados en la labor de equipo, el aprendizaje colaborativo, el compromiso personal dentro del trabajo colectivo, los procesos de reflexión y análisis y la mejora de las competencias profesionales.

d.- Deberán contener propuestas concretas de intervención en el centro y/o en el aula que pretendan mejorar una determinada situación de partida vinculada a la memoria de autoevaluación e introduzcan aspectos innovadores y de mejora en los procesos de enseñanza aprendizaje del alumnado.



5.- Formación derivada de los programas educativos de nivel 2

Los programas educativos clasificados de nivel 2 cuentan con la participación de, al menos, el 10 % del profesorado del claustro.

Todos los centros educativos que participan en algún programa educativo de este nivel están obligados a participar en una actividad formativa en las que se les darán pautas de cómo desarrollarlo. Esta actividad consiste en unas jornadas iniciales de información y formación, acerca del programa, y otras finales de encuentro de experiencias y buenas prácticas en relación al mismo.

La actividad mencionada tiene carácter obligatorio para la persona responsable de la coordinación, por tanto no tendrá derecho a certificación como tal actividad. La no participación de ningún miembro del claustro en la actividad es motivo de no continuidad en el programa. La asesoría de referencia realizará un seguimiento del programa y de las actuaciones que se desarrollen en el centro derivadas del mismo.



6.- Cursos

El curso es una acción formativa dirigida al profesorado, generalmente, de forma individual. El contenido de estos cursos se centra en la ciencia básica correspondiente a cada área curricular y su aplicación didáctica, aunque en algunos casos, en especial en los programas específicos, los cursos de actualización no estén ligados a un área o nivel educativo concreto.

La finalidad principal de un curso es la transmisión de nuevos contenidos de carácter científico, técnico y/o pedagógico a cargo de especialistas en cada materia

Esta modalidad de formación trata de responder a la necesidad de revisar la actividad docente con la intención de adecuarla a las transformaciones del nivel educativo en el que se inscribe. Se pretende garantizar la vinculación entre teoría y práctica, gracias a la reflexión del profesorado sobre su propia práctica profesional.

Los cursos podrán impartirse en las modalidades presencial, semipresencial o a distancia.



6.1.- Cursos presenciales

Para este tipo de cursos se contemplan dos posibilidades:

6.1.1.- Curso con el 100% de horas presenciales.

6.1.2.- Curso con horas no presenciales. Deberá tener una duración igual o superior a 31 horas. Podrán incorporar un tiempo para la lectura de documentos u otras tareas, que no superará el 25% del total de las horas del curso. En la convocatoria se especificarán las tareas a realizar durante esas horas no presenciales.



6.2.- Curso semipresencial

Se especificará en convocatoria el número de horas de cada uno de los dos tipos (presencial y no presencial) y la propuesta de trabajos o actividades que se van a desarrollar en la fase no presencial. Para certificar la actividad, el profesorado participante deberá asistir al menos al 80% de las horas presenciales y realizar todas las tareas que se propongan en la plataforma de formación que se utilice para la parte no presencial



6.3.- Cursos online

Desarrollarán sus contenidos a través de la plataformas Moodle de la Consejería de Educación o del espacio que el CEP de Sevilla o la provincia tiene en esa plataforma. Este tipo de cursos se justifica por:

.- La diversidad espacial y de horarios de ciertos colectivos profesionales

.- El número de personas implicadas

.- La temática a impartir

.- Favorecer el uso de las competencias digitales

Para la certificación de este tipo de actividades cada participante deberá realizar todas las tareas y actividades que contemple la acción formativa en la plataforma en el que se esté desarrollando.



7.- Las Jornadas y encuentros

Son acciones formativas de carácter puntual cuyo principal objetivo es difundir contenidos sobre un tema monográfico previamente fijado, adquirir información sobre un área de interés concreta, intercambiar experiencias o debatir sobre los avances que se vengan realizando en un campo científico, didáctico o de actualidad. Consisten en sesiones de trabajo que se suelen estructurar en torno a dos ejes: por un lado, se trata de conferencias, ponencias de expertos en el tratamiento didáctico de las diferentes áreas curriculares y por otro, se trata de exposiciones en las que los centros, los equipos de ciclo, departamentos didácticos presentan experiencias de aula y comunicaciones, talleres, mesas redondas y exposiciones de material con el fin de que sean conocidas por el resto del profesorado y se puedan extender a otros centros educativos. Su duración es breve y concentrada en el tiempo (entre uno y tres días consecutivos).



8.- Asesoramiento a Centros.

Este tipo de acción formativa pretende ayudar a los equipos docentes en sus procesos de desarrollo curricular: la elaboración, desarrollo y evaluación de programaciones didácticas; la aplicación al aula de propuestas surgidas de actividades formativas o materiales didácticos. En cualquiera de estas actividades, el profesorado de un centro puede encontrarse con dudas o dificultades y requerir la colaboración de un asesoramiento externo que le oriente en la búsqueda de posibles soluciones. Por su carácter abierto los contenidos por desarrollar no pueden anticiparse organizadamente en el Proyecto de Formación, si bien los equipos docentes, una vez identificada la solicitud, la trasladarán al Centro del Profesorado.

La asesoría de referencia tomará contacto con el equipo docente, clarificará la demanda, diseñará un plan de trabajo, facilitará los recursos necesarios y promoverá la participación responsable de los componentes del equipo de manera que éste actúe de forma cada vez más autónoma.